Descripción
¡Acompáñeme en el Camino de Santiago! Este diario de viaje ilustrado relata con humor encuentros e historias azarosas, paisajes impresionantes y ángeles que dan fuerza e inspiran.
Dos temas importantes acompañan a los peregrinos día tras día: ¿dónde puedo encontrar algo de comer y dónde puedo encontrar alojamiento?
"¡Cómprate una mochila y empieza a correr!".
El Camino de Santiago a pie en 109 días
2.726 km de Erdmannhausen a Santiago de Compostela y Cabo Finisterre.
Un diario de viaje profusamente ilustrado con encuentros humorísticos e historias llenas de acontecimientos.
Nunca se me habría ocurrido escribir un libro sobre el Camino de Santiago. Poco antes de Santiago, un peregrino me dijo: "Bernd, eres un narrador y deberías escribir un libro". Tonterías. Cuando llegué a casa, se oía a amigos y conocidos decir cada dos frases: ¿cuándo van a oír hablar de ti? Así que di charlas en iglesias y en la biblioteca, a las que asistía mucha gente. Hasta que una pandemia llamada corona paralizó mi trabajo. ¿Es ahora el momento de escribir un libro? Léalo usted mismo.
¡Acompáñame en el Camino de Santiago! Empezamos en Winnenden, en la iglesia del castillo. La ruta de peregrinación atraviesa la Selva Negra hasta Waldshut y bordea el Rin hasta Basilea. Continuamos por Berna hasta el lago Lemán. Desde Ginebra, la ruta recorre 1.100 kilómetros a través de Francia por Le Puy hasta St-Jean-Pied-de-Port. En el clásico Camino Francés, peregrinamos por Burgos y León hasta Santiago de Compostela y el fin del mundo: el cabo Finisterre.
Con viento y buen tiempo, el sendero atraviesa paisajes impresionantes.
Siempre son los ángeles los que me inspiran y me dan fuerzas.
Los cálidos encuentros con peregrinos de todo el mundo requieren apertura y confianza.
Los pensamientos de los peregrinos están dominados por dos temas principales: Comer y dormir.
En última instancia, la peregrinación conduce a la comprensión de lo que la gente necesita para una vida plena.
El punto fuerte del libro es la larga distancia y el marco temporal de casi cuatro meses. Mientras que al principio sigues preocupado por las adversidades del tiempo, tu mochila y tu salud, con el tiempo empiezas a apreciar la belleza de la naturaleza y la contemplación interior. Este proceso me parece importante para luego encontrarme con gente de todo el mundo con apertura en las principales rutas de peregrinación. Desde el principio, también fue importante para mí no castigarme a pan y agua, sino recompensarme con la diversidad culinaria de las regiones tras una larga vida laboral. La ruta estaba trazada para mí, pero me negué a planificar mi programa diario hasta el final. Fiel al lema: ¡cuéntale a Dios tus planes y se partirá de risa!
